lunes, 6 de febrero de 2017

Canalización con maestro de Tíbet (22 de abril, 2016)


Nombre del ser: Shin Lan , se identificó como un ser del Tíbet desde la novena dimensión




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Dejar el rencor y alejar los pensamientos de desdicha





Vives en una época en donde los seres que habitan en el plano físico están sumamente enfermos. Cuando estamos enfermos interiormente, nuestro vehículo, nuestro cuerpo, tarde o temprano hace ver esos pequeños obstáculos mentales e interiores que nosotros mismos permitimos.

Las enseñanzas que tenemos cuando encarnamos son esenciales. El problema sucede cuando estas enseñanzas son equívocas y están cargadas de energía negativa. Nunca debemos pensar que,  porque algo no nos gusta o no nos parece, tenemos que pasarle por encima o ridiculizarlo; eso es algo sumamente negativo. Tu mundo hoy en día se encuentra lleno de esos pensamientos, y esos pensamientos pudren nuestro interior como a una fruta.

Cuando estás cerca de una fruta podrida, lastimosamente te pudres también; debes aprender a contrarrestar la putrefacción con respeto. Es importante que el respeto se base siempre en entender que existen diferentes puntos de vista; cuando te aferras a esos puntos de vista caes en la desgracia porque, al aferrarnos a pensamientos, nos estamos metiendo en un calabozo mental.

La religión es el peor de los males del hombre en el plano físico, un engaño que ha causado el declive completo de toda una civilización; las esperanzas dadas por la religión caen en lo mismo siempre: en prometerte un mejor destino, si sigues al pie de la letra lo que te están inculcando. Es una manera muy equivocada de violar nuestro libre albedrío.

Las enseñanzas son importantes pero deben siempre basarse en igualdad de condiciones y, sobre todas las cosas, en el respeto. Todos somos diferentes, todos tenemos diferentes puntos de vista, pero todos estamos unidos por medio del amor, la luz y, en ocasiones  negativas, el odio que nos lleva al declive de nuestros pensamientos.

Esta es una enseñanza de un gran Maestro del Tíbet; tú lo conoces, su nombre es Padma Samvaba.

No debemos elegir nuestro camino por miedo a recibir un castigo. Jamás hagas eso, porque estás alimentando el miedo y estás siendo manipulado por el miedo: una energía regresiva llena de ignorancia.

No debemos seguir nuestro camino simplemente porque pensamos que somos superiores a los demás o porque hemos logrado obtener conocimiento.  La virtud de la sabiduría y el aprendizaje es la paciencia, y la paciencia se obtiene por medio de la paz y la tranquilidad.

Nuestra vida es un regalo, nuestra existencia es un milagro. Debemos verlas siempre de esa manera y jamás ofender a la existencia maldiciéndola, por un mal momento o una decepción. Esto es arrebatarle a la vida un pedazo de carisma.  Siempre debemos agradecerle a la Luz por nuestra existencia.

Siddhartha fue un gran iluminado, enviado por el Universo, para poder enseñarnos a las almas engañadas por el odio y el miedo que la vida es preciosa, que nuestros temores y rencores son confusiones. Cuando un bebé nace, llora desconsolado cuando no obtiene lo que su madre le da, porque solo tiene conocimiento de su madre. Somos como bebés porque, a veces, entramos en confusiones por cosas que no podemos entender. 

El gran secreto es entendernos a nosotros mismos, reír, gozar de la vida, porque nosotros mismos somos quienes creamos los problemas, debido a nuestras enseñanzas basadas en querer tener control sobre lo que nos rodea.

Sé feliz, sonríe, y en todo momento ten alegría en tu corazón; cuando hay amor en tu corazón, tu existencia es un vasto universo lleno de posibilidades, y esas posibilidades son la sabiduría que necesitamos para poder comprender nuestro camino, que es ser parte de una experiencia que logre llenarnos de alegría, de entendimiento y, sobre todas las cosas, de gratitud.



Canalizado por Hérminez (22 de abril, 2016)





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